el árbol sobreviviente
Ahora yace dentro del parque un árbol que estaba a 1.300 m del epicentro, fue irradiado y quemado por uno de sus lados, pero sobrevivió a la explosión. El guía turístico que tuvimos en Kyoto nos confesó: “Siempre que voy, lo toco.” Y eso hicimos. Hoy día, ya tiene un hijo y un nieto, uno a cada lado, pero él mismo sigue frondoso.
Luego de la bomba se pensó que por muchos años no iba a reverdecer nada. Pero en Octubre se comenzó a ver que la naturaleza sabe defenderse de la maldad humana. Este verdor hizo renacer la fe de los sobrevivientes y ayudó mucho en el espíritu de la reconstrucción.
Hoy en día, el ‘Parque Memorial de la Paz’ es un bosque de muchas especies traídas especialmente para no olvidar que la naturaleza es la única que nos puede salvar.
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